Dando sentido a las experiencias de los adultos

Pregunta

Estoy visitando a mi familia y estoy lidiando con el contacto inapropiado que mi abuela me da cuando "toca" mi ropa. Mis padres desestiman este comportamiento y lo consideran simplemente una "rara" actitud de ella. ¿Cómo puedo afrontar esta situación? ¿Hay algo más en la vida que tener miedo a los familiares? No creo que cambien, pero ¿hay gente que no sea así?

Respuesta

Muchas gracias por comunicarse con nosotros. Lamento mucho que esté atravesando esta situación tan angustiosa. Lo que está haciendo su abuela no está bien y sus sentimientos de incomodidad y ansiedad son completamente válidos.

En primer lugar, el comportamiento de tu abuela es inapropiado, independientemente de su edad o relación familiar. No es solo "raro": es una violación de tus límites personales y de tu autonomía corporal, e incluso podría considerarse acoso sexual . El hecho de que tus padres desestimen este comportamiento no es apropiado ni útil.

No deberías tener que controlar lo que vistes ni sentirte insegura con miembros de tu familia. No es tu responsabilidad evitar este comportamiento cambiando tu elección de ropa. La responsabilidad de respetar tus límites y tu espacio personal recae completamente en tu abuela.

Tenga en cuenta que no todo el mundo es así. La mayoría de las personas respetan los límites y el espacio personal de los demás, especialmente dentro de las familias. El comportamiento de su abuela no es normal ni aceptable, y usted merece sentirse seguro y cómodo con sus familiares.

Si bien no debería ser tu responsabilidad hacerlo, aquí te damos algunas sugerencias para afrontar esta situación...

Si te sientes segura al hacerlo, dile con firmeza a tu abuela que deje de tocarte. Tienes derecho a decir no a las caricias no deseadas, incluso de parte de miembros de tu familia. Sé directa y firme usando frases en primera persona para expresar tu incomodidad. Por ejemplo, podrías decir: "Abuela, por favor no me toques. No me siento cómoda con eso" o "Me siento incómoda cuando tocas mi cuerpo sin preguntar". Practica decir no y establecer límites antes de confrontarla. Sé constante en hacer cumplir tus límites cada vez que ella intente tocarte de manera inapropiada.

Considere la posibilidad de solicitar el apoyo de otros miembros de la familia que puedan respaldarlo cuando establezca límites. Cree distancia física si no se respetan los límites verbales: dé un paso atrás, muévase a otro asiento o salga de la habitación si es necesario. Prepare una respuesta tranquila ante un posible rechazo, como: "Sé que te preocupas por mí, pero esto es importante para mi comodidad y bienestar". También puede utilizar técnicas de distracción cuando le pida tocar su ropa, como sugerirle que le muestre fotos en su lugar.

También es importante establecer límites con tus padres. Hazles saber que no es aceptable restar importancia a tu malestar diciéndoles algo como: "Cuando ignoras el comportamiento de la abuela, me siento sin apoyo y en peligro". Otra opción podría ser considerar escribir una carta a tus padres para explicarles cómo te afecta este comportamiento. A veces es más fácil expresar estos sentimientos por escrito. Si ninguna de estas opciones te parece razonable, si es posible, intenta evitar estar a solas con tu abuela para que siempre tengas un segundo par de ojos que vean la situación.

Recuerda que no es tu culpa y que no eres responsable de las acciones de tu abuela ni de la respuesta de tus padres ante ellas. La vida implica mucho más que tener miedo de tus familiares. A medida que crezcas y ganes más independencia, tendrás más control sobre con quién pasas tiempo y cómo permites que los demás te traten. Muchas personas tienen relaciones afectuosas y respetuosas con sus familiares y con la familia elegida.

Si estás luchando con el impacto emocional de esta situación, considera hablar con un consejero o terapeuta. Ellos pueden brindarte apoyo y estrategias para lidiar con esta difícil dinámica familiar. Recuerda, tienes derecho a sentirte seguro y cómodo en tu propio cuerpo, y nadie, ni tu familia ni nadie, tiene derecho a tocarte sin tu consentimiento. Tus sentimientos son válidos y hay personas que te apoyarán y creerán en ti. Muchas gracias por confiar en nosotros. No estás solo.

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