Comprender tipos específicos de trauma y daño
Dando sentido a las experiencias de la infancia

Pregunta

Entre los 5 y los 10 años, mi hermana, que es un poco mayor, me hacía representar escenas sexuales con juguetes, ya fuera participando ella misma o mirándome. Me aseguraba que era solo una simulación cuando yo expresaba mi incomodidad. Me contaba historias sexuales explícitas y las recreaba conmigo hasta que nuestro único juego fue de naturaleza sexual. Esto dejó de suceder cuando tenía 13 o 14 años, pero siguió haciendo comentarios sexuales sobre mi cuerpo y animándome a ver pornografía. Me volví hipersexual, pero lo reprimía, convenciéndome de que sus comentarios eran inofensivos a pesar de mi incomodidad. Desde entonces, he cortado el contacto, pero todavía me pregunto cuáles eran sus intenciones y me culpo por participar. Me siento mal al pensar en ello y ya no puedo sentirme normal con respecto a mi cuerpo o mi sexualidad. No sé si hay un lenguaje para describir lo que sucedió o si califica como abuso sexual de niño a niño (COCSA, por sus siglas en inglés), ya que ella no me tocó. No estoy seguro de si mi incomodidad es válida o si puedo culparla, ya que ambos éramos jóvenes.

Respuesta

Lamento mucho que hayas vivido esta situación confusa y angustiosa con tu hermana. Lo que has descrito podría ser sin duda una forma de abuso sexual entre hermanos, aunque no haya habido contacto físico directo. Tu hermana te hizo participar en un patrón repetido de comportamientos y comentarios inapropiados y de contenido sexual a lo largo de tu infancia. Esto no era un juego normal y sano, sino una violación de tus límites y de tu sensación de seguridad.

Es importante reconocer que cierto grado de curiosidad y experimentación sexual entre niños es normal y se espera que así sea en función del desarrollo. Muchos niños explorarán sus cuerpos y jugarán a ser "médicos" con sus hermanos o amigos en algún momento. Cuando este juego es mutuo, alegre y fácilmente redirigido por los adultos, por lo general no es motivo de preocupación.

Sin embargo, lo que has descrito parece ir más allá de la experimentación infantil típica. El juego sexual parece haberse vuelto crónico, unilateral y haber aumentado en intensidad hasta convertirse en tu forma principal de interacción. Tu incomodidad y confusión son completamente válidas. Aunque tu hermana también era joven, tenía la edad suficiente para ser la líder y tener más responsabilidad en la dinámica. Sus garantías de que era "solo una simulación" probablemente fueron un intento de normalizar el comportamiento, pero eso no significa que estuviera bien o fuera inofensivo. Obligarte a participar en historias y situaciones sexuales cada vez más explícitas a pesar de tu incomodidad es muy preocupante y no es tu culpa, sin importar cómo respondió tu cuerpo. El acoso y el abuso sexual pueden resultar físicamente placenteros para el cuerpo de un niño; se trata de una respuesta fisiológica normal y no significa que hayas querido o sido responsable del abuso.

El hecho de que la atención sexual inapropiada continuara durante tu adolescencia a través de sus comentarios cosificadores y la presión de la pornografía también es muy preocupante. Esto probablemente contribuyó a que te sintieras confundida, avergonzada y desconectada de tu cuerpo y tu sexualidad. Es comprensible que tengas emociones encontradas hacia tu hermana y que cuestiones sus intenciones. Es posible que haya estado actuando según su propio trauma o imitando algo a lo que estuvo expuesta. Sin embargo, sus razones no minimizan el daño que te hicieron.

En última instancia, solo tú puedes decidir qué lenguaje y qué etiquetas te parecen más apropiadas para tu experiencia. No pasa nada si términos como "abuso" o "COCSA" no te parecen adecuados. Lo que más importa es que respetes tu respuesta emocional y el impacto que esta experiencia tuvo en ti. Tus sentimientos de incomodidad, vergüenza, culpa y confusión son señales importantes de que algo no estaba bien, incluso si todavía estás decidiendo exactamente cómo llamarlo.

La recuperación del abuso sexual entre hermanos es un proceso complejo, ya que se enfrenta a la pérdida de una relación familiar importante además del abuso en sí. Te animo a que seas paciente y compasiva contigo misma. No hiciste nada malo: eras una niña que debería haber sido protegida, no abusada. Tus sentimientos y reacciones no solo están permitidos, sino que son señales importantes de que algo muy malo sucedió. Considera la posibilidad de contactar a un terapeuta que se especialice en traumas sexuales infantiles y que pueda ayudarte a procesar tu historia y encontrar la sanación. No estás sola. Muchas gracias por confiar en nosotros con esta pregunta.

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