Pregunta

Ayer, alguien me tocó la pierna de forma inapropiada sin mi consentimiento. Desde entonces, he estado sintiendo molestias físicas: siento la pierna como si fuera "extraña" y la tenso y la muevo sin parar. Me pregunto si se trata de una respuesta traumática común al contacto no deseado.

Respuesta

Gracias por compartir esta experiencia con nosotros. Lo que estás describiendo (la sensación de que tu pierna se siente "extraña" y la necesidad incesante de moverla y tensarla después de experimentar un contacto no deseado) es una respuesta absolutamente normal a la violación de límites. Parece que tu cuerpo está respondiendo de manera natural y protectora, aunque las sensaciones puedan resultar confusas o angustiantes.

Cuando alguien viola nuestros límites físicos, nuestro sistema nervioso se activa en modo de protección. Piensa en ello como si el sistema de alarma de tu cuerpo se activara para procesar lo que sucedió e intentar mantenerte a salvo. Esto puede generar una variedad de sensaciones físicas: sentirse desconectado de la parte del cuerpo tocada, experimentar tensión muscular o inquietud, tener la necesidad de moverse o de alguna manera "quitarse de encima" la sensación y volverse hiperconsciente de esa zona específica. Algunos sobrevivientes lo describen como una sensación de que esa parte de su cuerpo ya no les pertenece o como si hubiera una sensación persistente de la que no pueden deshacerse.

Estas reacciones surgen de la sabiduría innata del cuerpo, que está tratando de procesar la violación y recuperar la sensación de seguridad. Aunque son incómodas, estas sensaciones suelen desaparecer de forma natural con el tiempo, a medida que el sistema nervioso se asienta. Mientras tanto, hay varias formas de ayudar a que el cuerpo se sienta más estable. Por ejemplo, intenta envolverte en una manta cálida, tomar una ducha si te sientes cómodo, hacer algunos estiramientos suaves de la zona o apoyar los pies firmemente en el suelo mientras respiras lentamente. A algunas personas también les resulta útil decirse literalmente a sí mismas "mi cuerpo me pertenece" o "ahora estoy a salvo".

Recuerda que no hay prisa por "superar" estas sensaciones y que cada persona procesa las experiencias de contacto no deseado de forma diferente y en diferentes momentos. Sé paciente y amable contigo mismo. Si sientes que estos sentimientos se vuelven abrumadores o persisten de una forma que te preocupa, debes saber que los terapeutas especializados en traumas tienen formación específica para ayudar a las personas a reconectarse con sus cuerpos después de violar los límites. No tienes que atravesar esto solo.

Las reacciones de tu cuerpo son válidas y mereces apoyo para procesar esta experiencia de la manera que te parezca más adecuada. Gracias por confiarnos esta pregunta. No estás solo.