Buscando ayuda después de un trauma

Pregunta

Cuando era pequeña, alrededor de los 7 u 8 años, un compañero en un programa de vacaciones inició una actividad sexual conmigo. Creo que imitaba la pornografía que había visto. Participamos en varios actos inapropiados, como desnudarnos y otros comportamientos íntimos. Más tarde, alrededor de los 10 u 11 años, mi mejor amiga me presentó temas sexuales que tratamos como un juego, lo que finalmente llevó a la actividad sexual durante las pijamadas, que era mutua, pero me incomodaba. Desde entonces he tenido una libido alta que no siempre disfruto. Ahora entiendo la importancia del sexo y lamento estas experiencias. ¿Es justo considerar estos casos como agresión sexual entre niños cuando ambos podríamos haber sido víctimas? ¿O fue solo inmadurez y experiencias que ahora lamento? No se lo he contado a nadie porque no estoy segura de si me afecta lo suficiente como para merecer una conversación, y me preocupa ser una carga para mi madre, quien ya me ayuda con mis problemas de salud mental.

Respuesta

Gracias por contactarnos y compartir sus experiencias. Se necesita mucha valentía para reflexionar sobre estos recuerdos y expresar sus sentimientos. Lo que describe suena complejo, profundamente personal y lo que algunos expertos podrían llamar "conducta sexual problemática entre niños" o "conducta sexualmente dañina".

Recordar los eventos de la infancia, especialmente aquellos relacionados con experiencias sexuales tempranas, puede ser difícil de comprender con la comprensión actual. Los niños a menudo exploran e imitan comportamientos sin comprender plenamente su significado ni sus consecuencias, sobre todo cuando han estado expuestos a cosas no apropiadas para su edad, como la pornografía.

En ambas situaciones que describiste —en el programa de vacaciones y con tu mejor amigo/a— tú y los demás niños se encontraban en una situación confusa sin la orientación adecuada. Es importante entender que estas experiencias tempranas no fueron culpa tuya, independientemente de si participaste voluntariamente en ese momento. Los niños no pueden consentir plenamente la actividad sexual porque no comprenden plenamente las implicaciones ni tienen la madurez emocional para tomar esas decisiones.

Las reacciones físicas que describiste (parálisis, temblores y posterior aumento de la libido) son comunes a la sexualización temprana. Tu cuerpo y tu mente estaban procesando experiencias para las que no estabas preparado desde el punto de vista del desarrollo. La incomodidad que sentiste, a pesar de seguir participando, sugiere que estas experiencias podrían haber sido perjudiciales para ti.

Su pregunta sobre si estas experiencias constituyen agresión sexual entre menores tiene matices. Si bien tanto usted como los otros menores involucrados pudieron haber sido víctimas de circunstancias (por ejemplo, exposición a contenido sexual para adultos), las interacciones aun así violaron los límites normales del desarrollo. Muchos expertos considerarían el primer incidente particularmente preocupante dada su corta edad y la naturaleza de las actividades, pero solo usted puede definir lo que experimentó.

Es completamente comprensible que no hayas compartido estas experiencias con nadie. Muchos sobrevivientes se preocupan por ser una carga para sus seres queridos o se preguntan si sus experiencias son lo suficientemente traumáticas como para hablar de ellas. No hay un umbral de daño que debas alcanzar para merecer apoyo. Si estos recuerdos te causan angustia o crees que podrían estar relacionados con tus problemas de salud mental, hablar con un profesional especializado en desarrollo sexual infantil o trauma podría ser beneficioso.

Considerando tus preocupaciones sobre la reacción de tu madre, quizás contactar a un consejero escolar de confianza u otro adulto con quien te sientas cómodo podría ser un buen primer paso. Ellos pueden brindarte apoyo y ayudarte a manejar estos sentimientos sin imponer una carga adicional a tus seres queridos.

Recuerda que no estás solo/a al procesar experiencias infantiles complejas. Sentir arrepentimiento es natural, pero por favor, intenta ser compasivo/a contigo mismo/a. Los niños aprenden sobre los límites a través de sus experiencias, y tú estabas lidiando con situaciones complejas sin la guía ni la protección adecuadas. Tus reflexiones ahora demuestran una madurez y comprensión que no eras capaz de tener cuando eras más pequeño/a. Cuidar de tu bienestar es importante, y hay personas que pueden ofrecerte orientación y apoyo mientras continúas asimilando estas experiencias. Gracias por confiar en nosotros. Agradecemos que te hayas puesto en contacto con nosotros.

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