Creación de significado

Pregunta

Después de que me agredieron sexualmente, por un corto tiempo, pensé que lo deseaba. Pensé que tal vez me tocaba porque le gustaba. ¿Sigue siendo agresión si pensé esas cosas en ese momento? ¿Soy estúpida?

Respuesta

Gracias por compartir tus pensamientos y sentimientos sobre una experiencia tan personal y difícil. No, no eres para nada tonta. Lo que experimentaste fue una agresión sexual, independientemente de tus pensamientos o sentimientos durante o después del incidente.

Cuando experimentamos un trauma, nuestro cerebro intenta comprender lo sucedido de maneras que resulten menos amenazantes o dolorosas. Esto es especialmente cierto para los jóvenes que aún están desarrollando su comprensión de las relaciones y los límites. Pensar que la atención significaba que le gustabas a esa persona es una respuesta natural. Estos pensamientos son mecanismos de protección, no evidencia de que la agresión no ocurrió o de que, de alguna manera, la provocaste o la merecías.

Es común que los sobrevivientes tengan sentimientos complejos y confusos sobre lo que les está sucediendo. Su reacción —preguntarse si lo deseaba o si le gustaba a la persona— es una respuesta extremadamente normal al trauma. Un niño no puede dar su consentimiento, y es responsabilidad de la persona mayor respetar los límites y proteger a los más jóvenes.

De nuevo, NO eres estúpido: reaccionaste a una situación traumática de la mejor manera que tu mente sabía en ese momento. Intentabas procesar una situación que no era tu culpa. La culpa es enteramente de la persona que decidió violar tu confianza y tus límites.

La recuperación de una agresión sexual lleva tiempo, y tus sentimientos sobre lo sucedido pueden seguir cambiando. Ser amable contigo mismo y reconocer que tus reacciones fueron respuestas válidas de supervivencia puede ser fundamental para seguir adelante. La responsabilidad de la agresión recae completamente en la persona que decidió violar tus límites, no en ti ni en tus pensamientos.

Por favor, considere contactar a alguien de confianza o a un profesional que pueda ofrecerle apoyo mientras continúa lidiando con estos sentimientos. Merece compasión, comprensión y sanación. Recuerde que lo que le sucedió no fue su culpa. No está solo.

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