Dando sentido a las experiencias de la infancia
Comprender tipos específicos de trauma y daño

Pregunta

Una niña de tercer grado le pide a su prima de cuarto grado que realice una conducta explícita que vio en un video. Ambos niños, sin comprender las implicaciones, se desvisten parcialmente y el niño mayor se recuesta sobre el más pequeño, solo mirando. Como adultos, el niño más pequeño lo ve como un incidente infantil tonto, mientras que el mayor lucha con el recuerdo. La misma persona que era la prima mayor en el primer escenario experimenta tocamientos no deseados desde los tobillos hasta los muslos por parte de un niño mayor en quinto grado, a pesar de llorar y tratar de negarse. ¿Alguna de estas experiencias es COCSA? ¿Cómo enfrenta la persona esto? ¿Es necesaria la terapia en tal caso?

Respuesta

Muchas gracias por compartir esta situación con nosotros. Las experiencias que has descrito son interacciones infantiles complejas y delicadas que pueden tener impactos emocionales duraderos. Es fundamental entender que solo la persona que experimentó estos eventos tiene derecho a etiquetarlos o categorizarlos. Sus percepciones y sentimientos sobre estas experiencias son exclusivamente suyos y completamente válidos, independientemente de cómo etiqueten estos encuentros.

En cuanto al incidente entre los primos, los niños suelen participar en conductas exploratorias sin comprender completamente su significado o implicaciones. Si bien algunos podrían categorizar esto como conducta sexual entre niños (COCSA, por sus siglas en inglés) , es importante considerar el contexto de curiosidad infantil y falta de comprensión que parecía estar ocurriendo en esta situación. El hecho de que los dos primos vean esta experiencia de manera diferente como adultos no es infrecuente. Las personas pueden tener reacciones muy diferentes a las experiencias compartidas de la infancia, y ambas perspectivas son válidas.

El incidente ocurrido en quinto grado, en el que describiste que te tocaban sin querer a pesar de expresar tu malestar y negarte a hacerlo, claramente implicó una violación de límites. Sin embargo, una vez más, solo la persona que experimentó esto puede decidir cómo etiquetar o categorizar esta experiencia. Es completamente comprensible que este evento fuera angustiante y potencialmente traumático.

En cuanto a cómo afrontar estas experiencias, es importante reconocer que sus sentimientos sobre ambos incidentes son válidos. Si bien el primer escenario con el primo puede verse como una exploración infantil que surge de la curiosidad en lugar de una intención maliciosa, el incidente de quinto grado es claramente diferente. Este segundo escenario implicó una clara violación de sus límites y consentimiento, y no conlleva la misma sensación de inocencia o exploración mutua que el primer incidente. La angustia que sienten por la experiencia de quinto grado es completamente natural y comprensible. Es fundamental reconocer que estos dos eventos, aunque ambos ocurrieron en la infancia, pueden ser fundamentalmente diferentes en naturaleza e impacto. Sin embargo, procesar las emociones de ambas experiencias puede ser un desafío, y es completamente normal que tengan dificultades con esto.

La terapia puede ser increíblemente beneficiosa para trabajar con estas experiencias y su impacto emocional. Un terapeuta profesional, en particular uno especializado en experiencias o traumas de la infancia, puede brindar un apoyo valioso y estrategias para ayudar a las personas a comprender y afrontar estos recuerdos. Pueden ayudar a la persona a desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables, a superar los sentimientos de culpa o vergüenza y a encontrar formas de integrar estas experiencias en su narrativa de vida de una manera que promueva la curación.

Si bien la terapia no es obligatoria, es una herramienta útil que muchas personas consideran invaluable para trabajar con experiencias infantiles complejas y sus efectos duraderos. Si estos recuerdos están causando una angustia significativa o afectando su vida diaria, buscar ayuda profesional sería un paso positivo. Es importante recordar que buscar apoyo es una señal de fortaleza, no de debilidad. Hablar con alguien a través de una línea directa o un chat en línea que se especialice en prevención o respuesta a la violencia (por ejemplo, RAINN o ChildHelp ) también puede ser una alternativa para procesar más estas experiencias con alguien que comprenda los matices del daño sexual infantil.

También vale la pena señalar que la curación es un proceso y que no hay problema si lleva tiempo. La persona debe ser paciente y compasiva consigo misma mientras trabaja con estos sentimientos. Su bienestar es importante y merece encontrar la paz con sus experiencias pasadas. Ya sea a través de terapia, autorreflexión u otras formas de apoyo, tomar medidas para abordar y procesar estas experiencias puede contribuir significativamente a su salud emocional y bienestar general.

A lo largo de este proceso, es fundamental recordar que la interpretación y el etiquetado de estas experiencias son solo suyos. Nadie más puede definir estas experiencias por ellos ni decirles cómo deberían sentirse al respecto. Su viaje de comprensión y sanación es personal, y su perspectiva es la que más importa. Muchas gracias por comunicarse con nosotros.

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